domingo, 28 de diciembre de 2008

Otro caso de prostitución, esta vez en Puente Tocinos

Esta vez ha sido en la pedanía murciana de Puente Tocinos. Agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron a cinco personas por delitos contra la salud pública, la prostitución y la inmigración ilegal.


"Los detenidos, identificados como M.G.P., A.G.N., E.M.G., G.A.O. y F.J.V.M. presuntamente se dedicaban el tráfico de drogas y la explotación sexual en un club de Puente Tocinos. Durante la operación policial desarrollada en el club, llevado a cabo conjuntamente entre los grupos de UCRIF de Murcia y el Grupo II de Alicante, se detuvo también a un cliente que se enfrentó a los agentes y a siete mujeres que se encontraban en situación irregular.
Los agentes detuvieron a cuatro de los responsables en el interior del club, y realizaron ocho detenciones más, una de ellas de un cliente del club que se enfrentó a los agentes y de siete chicas.
Tras las detenciones practicadas, los agentes registraron el club y el domicilio donde se guardaba la droga e intervinieron 164 gramos de cocaína, 12.430 euros en efectivo, don vehículos de gama alta, numerosos teléfonos móviles, un sistema de videovigilancia y documentación relativa a la actividad del club y de las chicas". -
La Verdad, edición digital (16-12-2008).



No cabe duda de que la prostitución, vista como una explotación contra la dignidad de inmigrantes ilegales y de todas aquellas personas que se han visto forzadas a realizar una tarea, es una lacra de la que la sociedad difícilmente se librará algún día. La de golpes que se deben dar al año a lo largo del mundo, y sólo se logra ayudar a casos concretos. Supongo que es una ley aplicable a todo: no podemos cambiar la realidad, ni darle la vuelta. Sólo podemos arrancarle una hoja al árbol, sembrar la alarma en el resto y mejorar la vida de un grupo reducido de individuos.





Foto: http://www.elmundo.es/elmundo/2007/07/17/ciudadanom/1184687588.html

sábado, 27 de diciembre de 2008

Playing for change


Playing for change es un movimiento multimedia creado para inspirar, conectar y repartir paz al mundo por medio de la música. Así es como se definen en su propia página web. Dado que las fechas son propicias para este tipo de acciones, he querido dedicar una entrada a esta propuesta tan interesante, que pretende utilizar la música, un instrumento que produce sensaciones universales, para concienciar a la humanidad de problemas sociales globalizados como la mendicidad.

En su página web podemos encontrar material audiovisual de músicos de diversas partes del mundo. Así, aparecen autores conocidos como Manu Chao, músicos callejeros e incluso música tradicional de los desciendentes de una tribu milenaria de Estados Unidos. A través de un mapamundi interactivo, podemos escoger artistas de todos los continentes.

De esta manera, potencian por medio de la música independiente un sentimiento de igualdad, independientemente de raza, lugar de pertenencia o clase social. Y la manera de lograr la unión y la comprensión en un área

Os dejo aquí un video muy interesante desde la temática de mi blog, en el que aparecen varios artistas callejeros interpretando un mismo tema, "Stand by me", aportando cada uno su toque personal.

domingo, 21 de diciembre de 2008

Marginados

Como regalo de Navidad, recupero un microrrelato que escribí hace algún tiempo. El texto es el primero de "Marginados", una serie de relatos que comencé allá por 2007 y que jamás terminé. Espero que lo disfrutéis.







Se aprenden muchas cosas del mundo viviendo en la calle. Cuando ves a tanta gente desfilando por delante de ti hora tras hora, acabas calando casi a cualquiera sólo por lo que desprende su mirada: desprecio, compasión, apoyo, lástima, asco, odio.
En una esquinita de la Gran Vía de Barcelona, Diego raspaba su guitarra y cantaba versos a una mujer ausente con su acento argentino, sentado en un pequeño taburete. A menudo pasaba algún chico joven y le lanzaba una monedita de veinte céntimos; anecdóticamente pasaba un loco, le daba un billetito de cinco euros y esa mañana podía comer de caliente. Enfrente de él, a sus pies, una pequeña alfombrita, como las que se ponen a la entrada de la ducha, con un papel pegado en el que se leía una expresión muy significativa: “El arte vive en los museos. Los artistas mueren en la calle”. Su melena, rizada y salvaje, caía por su rostro moreno y quedaba pegada en su frente sudorosa mientras sus dedos, ágiles y portentosos, se deslizaban por el mástil de su guitarra española tocando una melodía cargada de nostalgia. Cerró sus ojos verdes apretando fuertemente los párpados, y le cantó a un recuerdo triste:
“Ella se quedó, y mi corazón quedó con ella. A muchos kilómetros de mi, a un océano de distancia, a un viaje imposible en patera. Ella me perdió en un sueño, yo la perdí en una pesadilla. Ella... Ella... Ella es hoy un pronombre, ella ya no es, era...”.
Quedó en silencio. El mundo, a su alrededor, se movía muy deprisa, pero él permaneció inmóvil. Cientos de coches cruzaban velozmente la Gran Vía; los empresarios, fusionados con un teléfono móvil y un maletín, subían y bajaban por la avenida inmersos en sus problemas. Bullicio, ruido, gentío, corbatas, maldiciones. No había tiempo para nada, y el arte no era una excepción.
Abrió los ojos al fin, y miró la alfombrilla: un par de horas cantando, dos euros con setenta céntimos.
“Eso vale tu recuerdo, ese que me da de comer”.
Se puso en pie, guardó la guitarra en una funda de cuero despellejada, recogió sus escasas pertenencias y desapareció entre la multitud con un nombre en la cabeza y una miseria en el bolsillo.

Foto extraída de: http://www.pbase.com/dantespix/callejeros



domingo, 14 de diciembre de 2008

Jesús Abandonado


La asociación Jesús Abandonado ha repartido en 2008 más de 120.000 comidas entre almuerzos y cenas. Es loable la actividad de esta organización, que cuenta con un comedor social con capacidad para 144 personas y un centro de acogida con 148 camas donde las personas más necesitadas pueden cubrir sus necesidades básicas con servicios como ropa limpia, ducha o lavadero. Además, cuentan con una oficina de atención al transeúnte, una residencia con 52 plazas para personas sin hogar y un servicio de duchas, ropería y peluquería que realiza 60 servicios diarios.
Animo desde aquí a la asociación a seguir con el magnífico trabajo que están realizando desde hace años. Es una tarea difícil; si hubiese más gente dispuesta a entregar su vida a los necesitados, el mundo sería un lugar mejor.
Las direcciones de los centros de Jesús Abandonado son:
  • Oficina de atencion al transeunte: C/ Barahundillo 3. Dotada de recepción, dos despachos y sala de espera. (Mañana y tarde todos los días de la semana.)

  • Centro de Acogida: Ctra. Santa Catalina, nº 55. Murcia. Para residentes y pernocta de transeúntes. Tiene capacidad para 142 camas (18 para mujeres, 122 para hombres y 2 de reserva).

  • Comedor social: C/ Barahundillo – junto a calle de Correos-. Servicio de comida para 144 personas, más refuerzo de bolsas de comida, si es necesario. Funciona todos los días del año al medio día y a la noche.( Dos turnos: Almuerzo 12,30 y 13 h; Cena 19,30 y 20 h.)

Eduardo

Me llamó la atención mientras cruzaba por la calle Puertas de Orihuela, destino La Merced. Un hombre mayor andaba encorvado, casi reptando, con la mirada fija en el suelo. Me pareció extraño y, como el que no quiere la cosa, lo observé con disimulo a unos metros. Presentaba un aspecto dejado: pelo largo y mal cuidado, una barba salvaje, ropajes harapientos. Pronto caí en la cuenta: el hombre iba buscando colillas por la acera. Cuando encontraba unas cuantas que aún conservaban tabaco, las rajaba, sacaba el poco tabaco que contenían y las utilizaba para liarse un cigarro hecho de mil colillas. El hombre fumaba cigarros tercermundistas de los restos despreciados por la clase media. Me acerqué y le ofrecí un par de cigarros. Los cogió agradecido y hablé un poco con él. Se llama Eduardo, vive en la calle y parece importarle más el fumar que el comer. Cuando no pide propina por las esquinas de calles transitadas, busca la manera más barata de calmar su insana afición. Es increíble que un hombre que se muere de hambre pierda tiempo en buscar colillas por el suelo. Una prueba más del riesgo de dar la primera calada.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Dame una moneda


Me he cruzado con él un par de veces en un mes y medio. Es un hombre mayor, un anciano, vestido con traje y sin corbata, con la camisa abierta. Entre la primera y la segunda vez su vestimenta ha experimentado un cambio considerable; ahora sus ropajes están bastante más sucios. Se pone por el Barrio del Carmen, cerca de Renfe, y su modus operandi es siempre el mismo: se cruza en tu camino, te dice que tiene que llamar por teléfono urgentemente y que necesita una moneda. A veces, alguien pica o se la da por caridad. La mayoría de veces, la gente pasa de largo.

Foto:
http://es.wikipedia.org/wiki/Imagen:Murciadelcarmen(frontal).jpg

sábado, 6 de diciembre de 2008

Topacio


El caso del Topacio es de los más sonados de la Región. Sito en un tramo de la carretera N-301 que une Murcia con Molina, era uno de los mayores prostíbulos de España y de la costa mediterránea. Este centro fue acusado por supuestos delitos de corrupción de menores, falsificación de documentos, inmigración ilegal y tráfico ilegal de personas.

A efectos legales, estaba registrado desde 1997 como un hotel de dos estrellas con cafetería. Sus propietarios, un consorcio hotelero e inmobiliario denominado Séptima Alacant, poseían otros 18 clubes en Levante y declararon en 2003 unos ingresos superiores a los cuatro millones de euros. La realidad del Topacio, cafetería o no, es que los fines de semana llegaba a albergar a más de un millar de clientes.

De hecho, en la que fue la redada definitiva para su desarticulación, en diciembre de 2005, la policía detuvo a más de 250 clientes y 117 chicas, algunas de ellas menores de edad procedentes de Rumanía. Estas menores eran trasladadas desde su país, y se falsificaba su documentación para que constasen como mayores de edad. El caso más escabroso que describe el informe policial es el de una menor procedente de Rumanía, Tatiana Ionela, a la que tuvieron que amputar todos los dedos de los pies:


"Me desmayé. Estaba enferma. Caí sobre la barra del bar", narró Tatiana a la policía. Tenía 17 años cuando fue presuntamente secuestrada en Rumanía y trasladada a España, junto con otras seis menores, para trabajar en dos bares de alterne de Alicante y Murcia. Su deterioro físico era tan alarmante que el ginecólogo del burdel consintió en trasladarla al hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, en diciembre de 2004. Salvaron su vida, pero no los dedos de sus pies, que tuvieron que ser amputados por gangrena. Si llegó enferma desde su país o contrajo la dolencia en los burdeles en los que trabajó no pueden asegurarlo los médicos que le atendieron en la sanidad pública. Lo que sí pueden atestiguar es que la menor lloró sin parar durante el tiempo que estuvo hospitalizada y que regresó a su país en silla de ruedas. Tatiana Ionela Costea estuvo hasta el año pasado en el centro de acogida de menores de Monteagudo, dependiente de la Consejería de Asuntos Sociales de Murcia, hasta que Exteriores localizó a sus padres, que vivieron a buscarla para no volver a pisar jamás España. (Fuente: El País, 19-7-06).


El Informe Topacio, formado por más de 15 tomos, denunció decenas de irregularidades. Remitido por la policía al alcalde de Molina de Segura, logró abrirle los ojos y decretar la órden de cierre sobre el prostíbulo. Para indignación de los ciudadanos, el Topacio inicio los trámites de reapertura en marzo de 2007.


Foto: El País (edición digital).

viernes, 28 de noviembre de 2008

Locales ilegales

En plena Gran Vía, frente al Corte Inglés, un repartidor me ofreció una tarjetita de propaganda. Me llamó la atención que las entregaba de manera selectiva, principalmente a varones, y lo hacía de una forma un tanto disimulada: las llevaba guardadas en un bolsillo de su chaqueta y, parado en una esquina, las entregaba al perfil concreto. Pasé por delante él y me ofreció una: el anuncio me sorprendió. Un nuevo local de encuentros con señoritas, un burdel situado en el corazón de la ciudad, cerca del Romea. Tarjetas repartidas como si fueran de un restaurante de reciente apertura. Le pregunté por el anuncio presentándome como un cliente en potencia, pero el hombre se lavó las manos. Aseguró no saber nada, él sólo las repartía.
Ayer llamé al teléfono que aparecía justo debajo del nombre del local. Me sorprendió saber que el piso se encuentra en una calle afluente de la Gran Vía, cerca del edificio de Hacienda y a menos de quince minutos andando de la comisaría. ¿Qué hacen las parejas de policías que patrullan el centro de las ciudades? ¿Acaso no ven a este tipo de repartidores? ¿No saben que a quinientos metros de donde "patrullan" hay un piso clandestino dedicado al negocio en alza de la prostitución? Hablaré de eso en la siguiente entrada, y analizaré alguno de los casos locales más polémicos de la ciudad y la Región.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Día lluvioso


Qué tristes son los días de lluvia en la ciudad. Las calles desiertas, la gente corriendo resguardándose bajo sus capuchas en dirección a cualquier portal, algunos paraguas extraviados en un horizonte que normalmente bulle de gente. Encerrados en casa, disfrutamos de un café caliente, aprovechamos para adelantar trabajos y nos quejamos de no poder salir a la calle.
Pero ellos siguen fuera. Durmiendo en cajeros, vestidos con ropajes harapientos que no les protegen del frío y sin poder trabajar. En los días lluviosos nadie se detiene a escuchar su música. En los días de lluvia no caen propinas, pero tienen que seguir comiendo.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Una tarde por la ciudad

Esta entrada la quiero dedicar a la fotografía. El viernes por la tarde cogí la cámara y me recorrí las calles a la búsqueda de imágenes dignas de fotografiar. En mi camino encontré a gente pidiendo en casi cada esquina del centro, a pintores y a músicos regalando arte a cambio de una propina.
He abierto una cuenta en Flickr para ir colgando fotos. Os dejo el enlace a la presentación del primer álbum, "Una tarde en la ciudad", compuesto por 21 imágenes. Espero que las disfrutéis y os ayuden a reflexionar.







viernes, 21 de noviembre de 2008

Un pintor trotamundos


En uno de los laterales del Jardín de San Esteban, me encuentro con varios cuadros expuestos en la acera. Parece que no hay nadie vigilándolos, les echo un par de fotos a una distancia prudencial por si acaso alguien se molesta. A cinco metros de mi, sentado en una mesa de un bar que hay en la plaza, un hombre toma un café y vigila el tenderete. Intuyo que es el responsable de la parada, me asombro cuando descubro que también es el autor de las obras.
Pedro, un hombre reservado; no quiere grabadoras ni que le saque una fotografía. No por eso deja de ser simpático y atento. Me invita a sentarme a la mesa, charlamos un poco sobre su pintura. Lleva más de cuarenta años en el mundillo, empezó a pintar siendo un niño. Es autodidácta, y sus obras se han podido admirar en algunos murales de bares y pubs. El precio de sus cuadros, acrílico sobre lienzo, oscila entre los 75 y los 150 euros. Algunas de las pinturas que tiene expuestas en la calle recogen elementos representativos de Murcia: la catedral, el río, la noria de Alcantarilla e incluso una panorámica preciosa de la capital vista desde el aire. Pedro recorre lugares, se queda con lo que le gusta y lo pinta. Estuvo un tiempo viviendo en Cabo de Gata, ahora ha vuelto a su tierra. En las pocas semanas que lleva en Murcia, ha estado probando suerte en Santo Domingo y en San Esteban. Pero al no tener licencia para poner una parada en la calle los guardas vienen a rondarle a menudo. "He ido a mil sitios para conseguirla, pero no hay manera", me dice.
Quién sabe dónde estará mañana. Sólo os recomiendo que, si pasáis por Murcia, déis una vuelta por San Esteban. A lo mejor os enamoráis de una pintura y decidís colgar un trocito de esta tierra en la pared de vuestro salón.

Os dejo algunas fotos que me ha permitido tomar de su exposición callejera:
















miércoles, 12 de noviembre de 2008

Pisos de prostitutas

El centro de Murcia está plagado de pisos de prostitutas. Resulta paradójico ver como en el principal periódico regional, La Verdad, se anuncian chicas en la página de contactos, cuando a veces aparecen noticias o artículos de opinión que denuncian la prostitución y la trata de blancas. Este dato podría abrir un amplio debate sobre la ética periodística: ¿es el periodismo un negocio hipócrita, una compra y venta de historias? ¿La supuesta objetividad de los medios elimina también la posibilidad de implicarse con los ciudadanos más desfavorecidos?
Parece que vivimos en un mundo donde lo que prima es el dinero. En nuestros periódicos se trapichea con seres humanos, y está claro que hay un vacío legal que ampara una actividad publicitaria ilícita desde el punto de vista moral. En los anuncios de prostitución nos venden a las señoritas como escorts, profesionales liberales que saben lo que hacen. Y yo no digo que no haya mujeres que se dediquen a la prostitución por voluntad, pero me niego a creer que todas las anunciantes cumplan esa condición. Muchas de ellas son inmigrantes que, vilmente engañadas, son traídas al país con la promesa de una vida mejor. Cuando pisan tierra, se ven convertidas en esclavas sexuales. Cualquiera con un fajo de billetes es capaz de alquilar su cuerpo, son la rama más oscura del sector servicios. Para colmo, pese a la gran demanda por parte de los clientes, la prostitución sigue siendo un tema tabú. La prostituta carece de derechos como ciudadana, y está expuesta a todo tipo de riesgos (enfermedades, agresiones...).
Incluso en internet podemos encontrar una página que anuncia a prostitutas (también travestis y chicos) de Murcia ciudad y Región. Como si fuera un folleto publicitario de un centro comercial, el usuario accede, pincha en la que quiere ver, ve sus fotos y, si quiere, llama sin compromiso.
Es increíble lo que se levanta la mano en este asunto. Un negocio muy arraigado socialmente cuyo mayor problema es la doble moral que presenta. De cara a la galería se condena y se persigue con la cabeza erguida; en la intimidad, gabardina de cuello alto, gafas de sol y paso apresurado, sin mirar a nadie.

Foto: Captura web

lunes, 10 de noviembre de 2008

Santo Domingo

La Plaza de Santo Domingo es el lugar que más aprecio de Murcia. Siempre que tengo ocasión, paso por ella, me siento en un banco y disfruto de unos minutos de ajetreo urbano. Esta bella plaza nos ofrece un ambiente exquisito; es rara la vez en que no hay alguien exponiendo arte a cambio de la voluntad.
Esta tarde, debajo del Arco de Santo Domingo, he charlado con dos artistas. Un hombre y una mujer, ambos rumanos. Músicos callejeros. Mientras la mujer conversa conmigo fluidamente, él enciende un cigarrillo y escucha atento las palabras de su compañera.
Ella toca el violín, él el acordeón. Llevan tocando en las calles de Murcia desde hace seis años. Él es asiduo en la plaza, ella cambia de lugar a menudo. A veces tocan juntos. Las propinas no abundan en tiempos de vacas flacas, es un mal momento para ellos. "No espero hacerme rica", comenta la mujer. "La gente no tiene ni para comer bien, ni para hacer salidas ni para nada".
Tangos, vals, canciones folclóricas de Rumania, música clásica... El repertorio es amplio, son músicos profesionales. En su país estudiaron en una buena escuela de música, ella tiene la carrera y él se quedó a mitad de sus estudios de piano. Pero pese a su talento y a su formación, tocan en la calle ante un público que viene, va y, de vez en cuando, se digna a echar una moneda en la cajita que custodian bajo sus pies. "Lo llevamos bastante mal, pero hay que seguir adelante".


jueves, 6 de noviembre de 2008

El por qué de este blog


Las ciudades están formadas por cientos de calles. Amplias avenidas, estrechas callejuelas, plazas, grandes vías, carreteras nacionales... Y cada día, mientras paseamos por ellas plácidamente, nos llama la atención alguna persona especial; una persona que parece haber andado por un camino vital contrario a lo socialmente establecido. Un camino raras veces escogido; impuesto por la vida en la mayoría de los casos.
Ese hombre que toca la guitarra en una plaza, el pintor que hace retratos en una gran avenida, el vagabundo que pide limosna en un semáforo, la prostituta de la esquina. Todas son personas con tantos derechos como cualquier otro ciudadano, pero menospreciados por la sociedad. Algunos son auténticos artistas que han tenido mala suerte, otros han caído en una red de infortunios que los han arrastrado hasta ahí. Lo cierto es que cada uno tiene su historia, una historia digna de contar. Y eso es lo que voy a intentar hacer aquí.
Para ello me voy a centrar en Murcia, la capital de la región que lleva su nombre. Con 422.861 habitantes (incluyendo pedanías), Murcia se ha situado entre las diez ciudades más grandes de España. Una ciudad erigida sobre la huerta, con un centro histórico bellísimo y un crecimiento que desde principios de esta década parecía imparable y ha disminuido por la crisis del sector de la construcción. En definitiva, una ciudad moderna y acogedora que esconde decenas de historias hermanadas por un mismo escenario: la calle.