viernes, 28 de noviembre de 2008

Locales ilegales

En plena Gran Vía, frente al Corte Inglés, un repartidor me ofreció una tarjetita de propaganda. Me llamó la atención que las entregaba de manera selectiva, principalmente a varones, y lo hacía de una forma un tanto disimulada: las llevaba guardadas en un bolsillo de su chaqueta y, parado en una esquina, las entregaba al perfil concreto. Pasé por delante él y me ofreció una: el anuncio me sorprendió. Un nuevo local de encuentros con señoritas, un burdel situado en el corazón de la ciudad, cerca del Romea. Tarjetas repartidas como si fueran de un restaurante de reciente apertura. Le pregunté por el anuncio presentándome como un cliente en potencia, pero el hombre se lavó las manos. Aseguró no saber nada, él sólo las repartía.
Ayer llamé al teléfono que aparecía justo debajo del nombre del local. Me sorprendió saber que el piso se encuentra en una calle afluente de la Gran Vía, cerca del edificio de Hacienda y a menos de quince minutos andando de la comisaría. ¿Qué hacen las parejas de policías que patrullan el centro de las ciudades? ¿Acaso no ven a este tipo de repartidores? ¿No saben que a quinientos metros de donde "patrullan" hay un piso clandestino dedicado al negocio en alza de la prostitución? Hablaré de eso en la siguiente entrada, y analizaré alguno de los casos locales más polémicos de la ciudad y la Región.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Día lluvioso


Qué tristes son los días de lluvia en la ciudad. Las calles desiertas, la gente corriendo resguardándose bajo sus capuchas en dirección a cualquier portal, algunos paraguas extraviados en un horizonte que normalmente bulle de gente. Encerrados en casa, disfrutamos de un café caliente, aprovechamos para adelantar trabajos y nos quejamos de no poder salir a la calle.
Pero ellos siguen fuera. Durmiendo en cajeros, vestidos con ropajes harapientos que no les protegen del frío y sin poder trabajar. En los días lluviosos nadie se detiene a escuchar su música. En los días de lluvia no caen propinas, pero tienen que seguir comiendo.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Una tarde por la ciudad

Esta entrada la quiero dedicar a la fotografía. El viernes por la tarde cogí la cámara y me recorrí las calles a la búsqueda de imágenes dignas de fotografiar. En mi camino encontré a gente pidiendo en casi cada esquina del centro, a pintores y a músicos regalando arte a cambio de una propina.
He abierto una cuenta en Flickr para ir colgando fotos. Os dejo el enlace a la presentación del primer álbum, "Una tarde en la ciudad", compuesto por 21 imágenes. Espero que las disfrutéis y os ayuden a reflexionar.







viernes, 21 de noviembre de 2008

Un pintor trotamundos


En uno de los laterales del Jardín de San Esteban, me encuentro con varios cuadros expuestos en la acera. Parece que no hay nadie vigilándolos, les echo un par de fotos a una distancia prudencial por si acaso alguien se molesta. A cinco metros de mi, sentado en una mesa de un bar que hay en la plaza, un hombre toma un café y vigila el tenderete. Intuyo que es el responsable de la parada, me asombro cuando descubro que también es el autor de las obras.
Pedro, un hombre reservado; no quiere grabadoras ni que le saque una fotografía. No por eso deja de ser simpático y atento. Me invita a sentarme a la mesa, charlamos un poco sobre su pintura. Lleva más de cuarenta años en el mundillo, empezó a pintar siendo un niño. Es autodidácta, y sus obras se han podido admirar en algunos murales de bares y pubs. El precio de sus cuadros, acrílico sobre lienzo, oscila entre los 75 y los 150 euros. Algunas de las pinturas que tiene expuestas en la calle recogen elementos representativos de Murcia: la catedral, el río, la noria de Alcantarilla e incluso una panorámica preciosa de la capital vista desde el aire. Pedro recorre lugares, se queda con lo que le gusta y lo pinta. Estuvo un tiempo viviendo en Cabo de Gata, ahora ha vuelto a su tierra. En las pocas semanas que lleva en Murcia, ha estado probando suerte en Santo Domingo y en San Esteban. Pero al no tener licencia para poner una parada en la calle los guardas vienen a rondarle a menudo. "He ido a mil sitios para conseguirla, pero no hay manera", me dice.
Quién sabe dónde estará mañana. Sólo os recomiendo que, si pasáis por Murcia, déis una vuelta por San Esteban. A lo mejor os enamoráis de una pintura y decidís colgar un trocito de esta tierra en la pared de vuestro salón.

Os dejo algunas fotos que me ha permitido tomar de su exposición callejera:
















miércoles, 12 de noviembre de 2008

Pisos de prostitutas

El centro de Murcia está plagado de pisos de prostitutas. Resulta paradójico ver como en el principal periódico regional, La Verdad, se anuncian chicas en la página de contactos, cuando a veces aparecen noticias o artículos de opinión que denuncian la prostitución y la trata de blancas. Este dato podría abrir un amplio debate sobre la ética periodística: ¿es el periodismo un negocio hipócrita, una compra y venta de historias? ¿La supuesta objetividad de los medios elimina también la posibilidad de implicarse con los ciudadanos más desfavorecidos?
Parece que vivimos en un mundo donde lo que prima es el dinero. En nuestros periódicos se trapichea con seres humanos, y está claro que hay un vacío legal que ampara una actividad publicitaria ilícita desde el punto de vista moral. En los anuncios de prostitución nos venden a las señoritas como escorts, profesionales liberales que saben lo que hacen. Y yo no digo que no haya mujeres que se dediquen a la prostitución por voluntad, pero me niego a creer que todas las anunciantes cumplan esa condición. Muchas de ellas son inmigrantes que, vilmente engañadas, son traídas al país con la promesa de una vida mejor. Cuando pisan tierra, se ven convertidas en esclavas sexuales. Cualquiera con un fajo de billetes es capaz de alquilar su cuerpo, son la rama más oscura del sector servicios. Para colmo, pese a la gran demanda por parte de los clientes, la prostitución sigue siendo un tema tabú. La prostituta carece de derechos como ciudadana, y está expuesta a todo tipo de riesgos (enfermedades, agresiones...).
Incluso en internet podemos encontrar una página que anuncia a prostitutas (también travestis y chicos) de Murcia ciudad y Región. Como si fuera un folleto publicitario de un centro comercial, el usuario accede, pincha en la que quiere ver, ve sus fotos y, si quiere, llama sin compromiso.
Es increíble lo que se levanta la mano en este asunto. Un negocio muy arraigado socialmente cuyo mayor problema es la doble moral que presenta. De cara a la galería se condena y se persigue con la cabeza erguida; en la intimidad, gabardina de cuello alto, gafas de sol y paso apresurado, sin mirar a nadie.

Foto: Captura web

lunes, 10 de noviembre de 2008

Santo Domingo

La Plaza de Santo Domingo es el lugar que más aprecio de Murcia. Siempre que tengo ocasión, paso por ella, me siento en un banco y disfruto de unos minutos de ajetreo urbano. Esta bella plaza nos ofrece un ambiente exquisito; es rara la vez en que no hay alguien exponiendo arte a cambio de la voluntad.
Esta tarde, debajo del Arco de Santo Domingo, he charlado con dos artistas. Un hombre y una mujer, ambos rumanos. Músicos callejeros. Mientras la mujer conversa conmigo fluidamente, él enciende un cigarrillo y escucha atento las palabras de su compañera.
Ella toca el violín, él el acordeón. Llevan tocando en las calles de Murcia desde hace seis años. Él es asiduo en la plaza, ella cambia de lugar a menudo. A veces tocan juntos. Las propinas no abundan en tiempos de vacas flacas, es un mal momento para ellos. "No espero hacerme rica", comenta la mujer. "La gente no tiene ni para comer bien, ni para hacer salidas ni para nada".
Tangos, vals, canciones folclóricas de Rumania, música clásica... El repertorio es amplio, son músicos profesionales. En su país estudiaron en una buena escuela de música, ella tiene la carrera y él se quedó a mitad de sus estudios de piano. Pero pese a su talento y a su formación, tocan en la calle ante un público que viene, va y, de vez en cuando, se digna a echar una moneda en la cajita que custodian bajo sus pies. "Lo llevamos bastante mal, pero hay que seguir adelante".


jueves, 6 de noviembre de 2008

El por qué de este blog


Las ciudades están formadas por cientos de calles. Amplias avenidas, estrechas callejuelas, plazas, grandes vías, carreteras nacionales... Y cada día, mientras paseamos por ellas plácidamente, nos llama la atención alguna persona especial; una persona que parece haber andado por un camino vital contrario a lo socialmente establecido. Un camino raras veces escogido; impuesto por la vida en la mayoría de los casos.
Ese hombre que toca la guitarra en una plaza, el pintor que hace retratos en una gran avenida, el vagabundo que pide limosna en un semáforo, la prostituta de la esquina. Todas son personas con tantos derechos como cualquier otro ciudadano, pero menospreciados por la sociedad. Algunos son auténticos artistas que han tenido mala suerte, otros han caído en una red de infortunios que los han arrastrado hasta ahí. Lo cierto es que cada uno tiene su historia, una historia digna de contar. Y eso es lo que voy a intentar hacer aquí.
Para ello me voy a centrar en Murcia, la capital de la región que lleva su nombre. Con 422.861 habitantes (incluyendo pedanías), Murcia se ha situado entre las diez ciudades más grandes de España. Una ciudad erigida sobre la huerta, con un centro histórico bellísimo y un crecimiento que desde principios de esta década parecía imparable y ha disminuido por la crisis del sector de la construcción. En definitiva, una ciudad moderna y acogedora que esconde decenas de historias hermanadas por un mismo escenario: la calle.